Lo perdí

Con la cabeza metida en el lavabo busco
la redención como un pez que se disuelve en acuarelas
y me ahoga, desbordando el lavabo redentor.

Mi condena es esta:
la daga de la palabra,
el yugo del lenguaje,
la insuficiencia léxica
para expandir jardines y bosques.

Y arrastro mi escarmiento,
arrastro mis palabras por todos lados,
en las paredes,
en los suelos,
en los techos,
por todos lados voy arrastrando mi lenguaje
de ojos vendados y manos abiertas.

Mi palabra saca la lengua
y posa para una foto,
mi palabra es una planta sin raíces,
mi palabra es una ventana con seguro,
mi palabra es una piedra.

Mi palabra no es palabra ni lenguaje.

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