Carga y lucha

No piensa y no sabe,
con la cabeza de piedra volcánica,
pasaje directo al corazón rebosante de arena.

Una boca almidonada que habla de lo que es
y unas manos tristes de sinrazón,
discernimiento inexorable,
obstinado canto torcido de presagios.

Es mi voluntad que a veces se doblega
o se dobla como bandera.

Es el ahora en donde voy mezclando cómo entonces,
y solo pido no gritar
cuando no sea la consigna de mi mandato
o por la mano alzada de mi propia tenacidad,
que es esencia de mis versos incinerados,
aquellos que se fueron hace tantas noches por el caño.

Soy un muro golpeado a duermevela,
un arrastre de muñecas encerado de articulaciones.

No pienso,
no soy y no sé.

Mi cabeza es de piedra,
piedra porosa, anhelo terne,
anhelo rebosante.

Mi corazón es de arena sahumada a sangre vieja.

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